sábado, 18 de julio de 2015

Smart Cities: ¿un nuevo paradigma de ciudad?







Resulta valioso plantear contemporáneamente el análisis de los efectos que generan las nuevas tecnologías en la dinámica de las ciudades. Como estudiosa del tema me permito afirmar que simplemente debemos ser conscientes de que las TICs (Tecnologías de la Información y Comunicación) plantean un cambio de paradigma en la forma de entender las ciudades, y en torno a ello se modifican los canales comunicacionales y relacionales entre los individuos, con procesos de inmediatez y selectividad distintos a otras épocas. Ni mejores ni peores, distintos. En este sentido, creo que tenemos un enorme e interesante desafío por delante a fin de empezar a entender el nuevo paradigma de ciudad que emerge en este siglo XXI.

Numerosos especialistas, profesionales y consultores, colegas vinculados al estudio de las ciudades se vienen dando cita en diversos eventos para discutir estos temas, y vienen concentrando sus escritos sobre las Smart Cities, lo cual denota la preocupación actual de la ciudades y el interés por enfocar la mirada de un fenómeno global que las afecta. 


Ante todo, ¿cómo entendemos a las llamadas Ciudades Inteligentes o Smart Cities?.  Podemos pensarlas como una nueva generación de ciudades que han alcanzado la aplicación intensiva, integral y eficiente de Tecnologías de Información y Comunicación en la prestación de servicios a los distintos públicos objetivo (residentes, inversores o turistas).
La ciudad como sistema inteligente.
En este sentido, la tecnología deviene en el nuevo idioma de las ciudades, por lo que las modifica morfológica y funcionalmente. La aplicación de tecnologías en el desarrollo económico urbano de la ciudad impone nuevas formas de gestión territorial y obliga al Alcalde a repensar su estrategia de gestión urbana.



La Smart City supone un nuevo paradigma de ciudad porque modifica estructuralmente la gestión de la ciudad: aparecen nuevas herramientas de gestión, nuevos canales y dinámicas de proyección internacional de la ciudad y nuevos canales de interacción ciudadana con el territorio. La ciudad conectada impuso un nuevo modelo de ciudad con nuevas dinámicas de gestión, regidas por procesos de “inteligencia urbana” (Urban Smart) e "inteligencia ciudadana" (Smart Citizens, o también llamado Digizens)

Las nuevas estrategias de gestión de la ciudad se basan en lo que yo llamo “Smart Management of City”, gestión inteligente de la ciudad.  La idea de inteligencia en las ciudades trasciende la mera aplicación y uso de tecnologías para el desarrollo urbano eficiente, y se vincula con estilos de gestión y de identificación para la resolución de las complejidades propias de las ciudades; en este sentido, supone ser un mecanismo y una “plataforma” desde la cual la ciudad vive el siglo XXI. Desde el momento en que la ciudad y sus ciudadanos se proponen metas, objetivos, retos y desafíos respecto a los problemas y complejidades de la ciudad contemporánea mediante la utilización estratégica de tecnologías, la implementación de lógicas Smart deberá adoptar modos y formas específicas que logren integrarse capilarmente en la dinámica urbana. De esta forma, la Smart City no sólo implica una dimensión cuantitativa centrada en la cantidad de tecnologías aplicadas, sino que  fundamentalmente abarca una dimensión cualitativa enfocada en qué tecnologías implementa la ciudad, para qué y con qué propósito, y  de qué modo las aplica. Así, la Smart City se entiende desde una visión holística que integra el despliegue de tecnologías bajo un enfoque funcional de gestión urbana.  Lejos de ser sólo una "etiqueta", tal como algunos analistas la conciben, la Smart City supone un nuevo paradigma de gestión urbana que promueve prácticas de liderazgo ciudadano como agentes de transformación a través de la tecnología. 

Si bien las ciudades inteligentes se encuentran aún en una fase embrionaria, desde diferentes proyectos se avanza hacia estrategias de institucionalización de la Smart City como modelo de ciudad a través del cual se puedan definir las reglas que permiten definirla y caracterizarla. Uno de los puntos de avance en este sentido se refleja en los proyectos denormalización de Ciudades Inteligentes impulsado por AENOR.



La tecnología llegó a las ciudades para impregnarse en ellas.  Esta es una realidad ineludible.  Por eso creo importante que aceptemos su existencia como desafío para repensar las ciudades del futuro.


Las Smart Cities implican un nuevo modelo de gestión de carácter transversal que, a su vez, impulsan nuevas estrategias de competitividad urbana, lo cual supone nuevos retos en términos de  rediseño de estrategias de citymarketing en el marco de los nuevos canales de internacionalización de la ciudad. Quedan invitados a continuar la reflexión sobre estos temas en mis próximos post.



Las ciudades del futuro serán Smart o no serán.